Alonso de Vandelvira

La figura de Alonso de Vandelvira

Alonso de Vandelvira fue un notable arquitecto manierista, la última etapa del Renacimiento, que trabajó entre finales del S.XVI y principios del S.XVII. Fue hijo del famoso maestro Andrés de Vandelvira, por el cuál no ha sido valorada la obra del primero como se merece.

Aunque siempre estuvo a la sombra de su padre, no se rindió y comenzó a trabajar en solitario en Sabiote, un pueblo de la provincia de Jaén, donde realizó una gran labor constructiva que le llevó a ser llamado en otro lugares de Andalucía y crecer como maestro de obras y como cantero.

También destacó como tratadista, campo en el que hay que mencionar su “Tratado de Arquitectura sobre el arte de cortar la piedra” elaborado entre 1575 y 1591. El manuscrito original se perdió con el tiempo, pero afortunadamente, en la actualidad contamos con dos copias del mismo, conservadas en la Escuela de Arquitectura de Madrid.

A continuación, vamos a centrarnos en las distintas obras que realiza Vandelvira, desde sus comienzos en Sabiote, pasando por Sevilla, Sanlúcar de Barrameda, Huelva, el Puerto de Santa María y Cádiz.

-Alonso de Vandelvira en Sabiote.

Realizó en esta localidad edificios municipales y obras de infraestructura urbana, así como la Iglesia parroquial de San Pedro, una de sus mejores obras.

Dentro del primer tipo podemos citar el “pósito” del que se conserva una bóveda de cañón suya, realizado cuando aún era regidor de Sabiote. La realización de un “calvario” que se dispondría desde la Puerta de la ciudad hasta la actual ermita de San Ginés. Por último, la “Fuente de la puerta de la canal” también era de Vandelvira, aunque estaba más pendiente ya de otros quehaceres[1].

Pero sin duda, la construcción que tiene una mayor relevancia y la que le empieza a dar cierto renombre más allá de su padre, es la realización de la Iglesia parroquial de San Pedro, entre 1584 y 1588. Se encuentra en la plaza de las chinas, el lugar central del pueblo del S.XVI, y tiene origen gótico, pero se reedificará a finales del siglo en una iglesia renacentista. No se sabe quién dio las trazas del edifício, aunque hay una hipotesis que sostiene que fue Andrés de Vandelvira, el cuál estuvo en la localidad en 1534 y posiblemente se le encargara ese año. Otras fuentes comentan que fue D. Francisco de los Cobos quién le encargase las trazas y dirección, también a Andrés de Vandelvira. En 1577 continuaría la obra el discípulo de Andrés de Vandelvira, Alonso Barba, hasta que en 1581 el cabildo pide que la concluya Alonso de Vandelvira. Éste, se hace cargo de la conclusión de la obra, sobretodo por ser el arquitecto municipal y por los distintos cargos que tuvo a lo largo del tiempo que estuvo viviendo en Sabiote[2].

-Alonso de Vandelvira en Sevilla.

Vandelvira se marcha a finales de 1588 a Sevilla, donde comenzará a trabajar un año más tarde en la “Portada de la Iglesia del convento de Santa María de Jesús”.

No se sabe con exactitúd quién trazó la portada, se especula entre Díaz de Palacios y Juan de Oviedo y de la Bandera. Vandelvira recibiría el encargo el 27 de enero de 1589.

Posiblemente la portada tenga modificaciones de la que se trazó en un principio, ya que en la parte superior destacan elementos del lenguaje clásico convencional, algo muy característico en las obras de Alonso de Vandelvira. Viendo la portada entera, se demuestra que quién la hizo tenía un domino exquisíto de la sintaxis clásica, introduciendo un vano adintelado flanqueado por pilastras jónicas que se sobreponen a un plano de fondo, algo que se verá más adelante en el convento franciscano de Sanlúcar de Barrameda realizado por el propio Vandelvira.

Sobre el arquitrabe de la puerta, encontramos a dos ángeles niños sosteniendo un cartél en el que pone el año de la reforma de la iglesia: 1695.

La parte superior se crea sobre una plástica cornisa, formada por ocho pequeñas ménsulas y las aletas del frontón curvo roto. Pero lo que realmente destaca es una hornacina semicircular que formúla un vano-macizo, muy empleado por Vandelvira en sus obras. La hornacina será cubierta por una bóveda de cuarto de esfera decorada por casetones, de nuevo, otra señal más típica de Vandelvira. En el interior, se coloca una Virgen con el niño, realizada por Juan de Oviedo y de la Bandera[3].

La “Lonja de Mercaderes” sería su próxima intervención en la capital hispalense. Mandada realizar por Felipe II y  pasando por varios arquitectos y artistas del momento como Juan de Herrera, Alonso de Vandelvira recoge el testígo en 1589, trabajando junto con Minjares, hasta que le nombran Maestro mayor en 1600.

Cuando llega al edificio, se encuentra finalizada la primera planta, comenzándose la segunda y terminándose las fachadas hacia la Catedral y el Alcázar. Trás sufrir las obras un gran parón entre 1601 y 1609, renuncia de su cargo en 1610 para trabajar en la provincia de Cádiz[4].

Precedido por su función en la Lonja de Mercaderes, se encargará a la vez, de distintas portadas de iglesias de Sevilla. En esta tipología, destacan las portadas de la Iglesia del Convento de la Encarnación y la portada del colegio jesuita de San Hermenegildo, realizadas las dos en el año 1597 y actualmente desaparecidas[5].

Pero si por algo se le recordará en Sevilla, será por la construcción de principalmente dos iglesias: iglesia del convento de Santa Isabel y la iglesia del convento del Santo Ángel de la Guarda.

Vandelvira se encargará de la nueva iglesia del convento de Santa Isabel, que vendría a sustituir a la que se hizo en el S.XV de estilo gótico – mudéjar, ya que quedo en mal estado y la comunidad residente quería unirse a la nueva corriente artística que esta surgiendo. Así, Alonso de Vandelvira realizará las trazas de una iglesia protobarroca, pero no así su construcción, que se llevará a cabo entre 1602 y 1609.

La planta del edificio será rectangular de una sola nave sin capillas laterales, cabecera plana y el coro a los pies.

En cuanto al alzado interior, destaca el arco triunfal que se realiza en la cabecera, como anunciador de la liturgia, sostenido por pilares de la línea del muro en forma de L, que también tendrán finas pilastras pegadas al vértice con un supuesto capitel toscano. La cabecera estará cubierta con una bóveda de media naranja, rebajada de arco escarzano. Entre la nave, se abre en cada trama un hueco de cierta profundidad como si fuera una pequeña capilla, aunque no actua como tal, así jugará con los huecos y sus correspondientes retablos, articulando un pequeño trozo de muro entre ellos, que actua de pilar. Para finalizar, una ligera cornisa marca la terminación del muro, que le servirá para comenzar la cubierta[6].

De vistas para afuera, la iglesia se ve como un gran paralelepípedo, con forma de cajón y su estuctura de ladrillo. Los muros que se pueden ver, nos muestran un paramento liso y sin articulaciones, donde el uno vano abierto es la puerta principal y las ventanas que dan luz al interior del edificio. La portada de esta iglesia es una de las más conocidas de Alonso de Vandelvira, recordando a algunas que hizo su padre y también con clara referencia a Serlio por los pináculos apiramirados que encontramos en la parte superior[7].

La iglesia del Convento del Santo Ángel de la Guarda pertenece a la congregación de las carmelitas descalzas, cuya sede paso por varios lugares de Sevilla hasta situarse en este convento. Vandelvira realizó sus trazas, gracias a la fama que obtuvo meses antes por las realizadas para la anterior iglesia mencionada. Al igual que en la anterior, Vandelvira tampoco realizará las obras, sólo las trazas.

Esta obra será diferente a la anterior, debido a que tiene que atenerse a un orden funcional, estético y austero que la orden carmelita impone en todas sus edificaciones. Vandelvira realizó una planta mixta, con un espacio diáfano que hacía mirar a la cabecera, haciendo pensar que se llevo a cabo así para recibir bastantes fieles.

Para el interior, realiza como en Santa Isabel, un apilastrado toscano y enmarques de yesería. Tendrá una sobriedad que se demuestra en la cabecera de manera ornamental con elementos geométricos basados en Serlio. Crea una rígida cornisa sin decoración, sirviendo de apoyo a la bóveda de cañón con la que cubrirá la nave, donde en cada sector se abre un óculo por donde entrará la luz para iluminar la iglesia. Serie de capillas en el lado de la epístola[8]. El coro se situa a los pies y la cabecera tendrá un transepto que creará un crucero de cuatro arcos torales de medio punto.

En cuanto a su exterior, la iglesia queda oculta entre las dependencias del convento y variso edificios de época actual. Sólo se ve la fachada de los pies, que va precedida por un pequeño compás.

La última actuación de Vandelvira en Sevilla será en la iglesia del Sagrario de la Catedral, fechada en 1615. Realizaría las trazas junto a Cristóbal de Rojas y Miguel de Zumarraga, aunque no se sabe exactamente cuál fue su aportación, ya que Zumarraga sería el que más peso tendría en la composición por ser el Maestro Mayor de la Catedral[9].

-Vandelvira en Sanlúcar de Barrameda

El maestro se marchó para Sanlúcar de Barrameda en busca de nuevo trabajo, ya que en Sevilla se había quedado todo un poco paralizado. Debido a su fama en la capital hispalense, el VII duque de Medina Sidonia le manda la finalización de la torre-campanario de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la O, allá por 1604. El primer cuerpo del campanario parece que si lo realizó Vandelvira, ya que posee unas formas serliano-vignolescas que hizo dos años antes en la espadaña de Santa Isabel en Sevilla. El segundo cuerpo presenta una novedosa planta oval, con la que hace referencia a la que hizo Hernán Ruíz II en la Sala Capitular de la Catedral de Sevilla a mitad del siglo pasado. El propio Vandelvira hablará largo y tendido ha cerca de la planta oval en su tratado de arquitectura. Este cuerpo se remata con bolas de cerámica azul sobre un anillo más grande en el centro que en las enjutas. Las bolas de orígen serliano, tendrás relación con muchas obras de su padre, el cuál las introducía frecuentemente. Arriba del todo, coloca un arpón de veleta y cruz, con lo que finalizaría la torre[10].

Entre 1607 y 1610, Vandelvira se encarga de la nueva iglesia del convento de Regina Coeli, constuyendola sobre la anterior. El proyecto se lo encarga la duquesa Doña Ana de Silva y Mendoza, la cuál buscaba para la construcción de esta iglesia a un arquitecto de fama e inteligencia consagrada. En esta obra le ayudaría Cristóbal de Rojas. Las obras se comenzaron por los pies al realizarse un amplio coro alto y bajo, del que se encargaría de Rojas. A partir de 1608, y según la documentación encontrada, Vandelvira se quedaría sólo frente al proyecto.

El coro se proyecta como una fachada de dos pisos, dividida en tres calles, dónde la central presenta un gran vano cuadrangular. A los lados, se ponen dos portadas pequeñas de gran pasticidad y que serán inconfundiblemente muy parecidas a las que Vandelvira hizo junto a su hermano en Sevilla.

La Capilla Mayor de la iglesia se encuentra precedida por un arco triunfal de medio punto, y se cubre con una bóveda vaída cortada por cuatro planos verticales y perpendiculares entre sí. Para hacer esta cabecera, Vandelvira tuvo que realizar una nueva cubierta de madera sobre el templo, de la que sólo queda una parte en el coro alto, pues se encuentra tapada por una bóveda de cañón con lunetos que se puso más tarde.

Desde el exterior, el convento presenta las características básicas de los conventos femeninos de Andalucía, quedando visible un lado hacia la calle y otro hacia el claustro[11]. La fachada de la calle se complementa con dos portadas y nueve ventanas para dar luminosidad al interior, y en las que se colocaba el escudo de la duquesa que encargó la obra. Resulta llamativo y curioso la realización de estas dos portadas en la única fachada visible. Ésto llamó mucho la atención en el “nuevo mundo” y se realizaron numerosos conventos con estas características. Las dos portadas serán idénticas, cuyo ático lo forma un complejo cuerpo central con una hornacina cerrada con una pequeña bóveda en la que se sitúan dos esculturas, una en cada portada.

El próximo proyecto de Vandelvira en Sanlúcar de Barrameda es el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, fechado entre 1610 y 1614. Se trata de una ampliación de la iglesia de la Caridad, y para ello, Vandelvira derribó parte de la anterior para empezar de cero, en una obra en la que hicieron falta muchos operarios[12].

Se trata de una planta de cruz latina cuyos brazos son más bien cortos, una única nave de cuatro tramos con capilas abiertas, en la que se alternó en su construcción ladrillo hasta la cornisa interior y sillería en la cubierta abovedada. Encontramos mucho similitúd entre esta planta y la que realizó en la iglesia del Santo Ángel de la Guarda en Sevilla. El interior del edificio será muy similar a lo visto hasta el momento. El presbiterio será de planta rectangular y se accederá a él, por el ya clásico arco triunfal de medio punto de la cabecera. El coro es de sillería y lo realiza a los pies de la nave sobre tres arcos carpaneles que soportan dos bóvedas de cañón con lunetos, y cuyo acceso será por una escalera de cajón rectangular independiente a la del edificio.

Para reforzar la iglesia desde el interior, se colocan una serie de pilastras grandes que se adosan a los pilares. Se cierra el cuerpo de la iglesia con cuatro cubiertas y una bóveda vaída de planta rectangular con una gran sillería. Los brazos del crucero se cubren con unas bóvedas de cañón con lunetos, característica que ya hemos visto en anteriores ocasiones.

De la parte exterior, lo más interesante lo encontramos en la portada que se realizan en los pies, que se asemejan a un retablo tardomanierista. Se trata de una portada muy alta y estrecha pero que Vandelvira supo organizar en el pequeño espacio del que disponía[13].

La última obra en la que trabaja Alonso de Vandelvira en Sanlúcar de Barrameda es en la iglesia del convento de la Merced, en un periodo entre 1616 y 1620 aproximadamente.

El VIII duque de Medina Sidonia será quién le encargue este trabajo, después de los servícios a la casa que realizó en el pasado para los antecesores de éste duque.

Esta obra no la empieza y acaba como las anteriores, ya que seguramente debido a otros proyectos que tenía al mismo tiempo, tuvo que dejarla concluyendo el proyecto inicial, según se recoge en distinta documentación.

La planta que utiliza es de cruz latina con una sola nave de cinco tramos y cabecero plano, algo similar a lo visto en el Santo Ángel de la Guarda y en Nuestra Señora de la Caridad. En los brazos se insertan cinco capillas entre los contrafuertes. Aunque tiene similitudes con las plantas mencionadas anteriormente, la de ésta iglesia es totalmente armónica y regularizada, ya que el transepto no sobresale, creando una figura geométrica perfecta[14].

En el interior, los muros son de ladrillo y algun resto de cantería para darle una mayor solidéz. El alzado de la nave es de dos pisos, con pilastras gigantes de orden toscano que también se repite en el transepto. De la parte superior sobresalen una serie de balcones que estarán por toda la nave. El coro se dispone en los pies en la parte superior, sobre un gran arco escarzano.

La bóveda tiene una decoración de cartones recortados con formas de motivos geométricos, un modelo novedoso en Vandelvira.

En cuanto al exterior de la iglesia, presenta un tratamiento diferente en los alzados de la fachada del evangelio y la de los pies. La primera resalta por su desnudez de ladrillo y una portada adintelada con un marco flanqueado por pilastras toscanas y un frontón triangular, en cuyo vértice encontramos un pedestral para una cruz latina. La entrada presenta seis óculos redondos, característicos de Vandelvira.

La fachada de los pies se encuentra precedida por un compás trapezoidal, cuya portada aparece como una especie de retablo dividido en tres partes. La fachada se completa con una amplia cornisa que da paso a una torre-campanario a la derecha, faltando la de la izquierda.

-Vandelvira en Huelva

En Huelva se le atribuye la obra de la antigua iglesia del convento de la Merced, que supone otra intervención para la familia de los Guzmanes, realizada entre 1605 y 1616. En la información de esta construcción no se da el nombre del tracista pero, según documentación reunida por Díaz Hierro, Vandelvira pudo ser su autor debido al más que posible cargo de Maestro Mayor de las obras del Condado que sustentó, sumado a los otros trabajos que realizó para esta familia, nos lleva a la conclusión que fue él su autor. Esta obra se trataría de la reconstrución de una pequeña ermita, levantado en 1582 para acoger a un número reducido de frailes, en una iglesia más grande. En el campanario de la iglesia se encuentran unas pirámides como remate, una señal más, de que Alonso de Vandelvira estuvo detrás de este proyecto. Por lo tanto, Vandelvira realizaría las trazas pero no las obras, que quedaría a cargo de esto maestro. Actualmente, el edificio apenas tiene huellas de su autor, debido a sucesos varios que ocurrieron con el paso del tiempo como terremotos y reformas, entre otros[15].

-Vandelvira en el Puerto de Santa María

Se conoce sólo una obra en la que participaría en la localidad portuense: la capilla mayor de la iglesia de San Miguel Arcángel, que según fuentes fue realizada en 1605.

El encargo le llega a Vandelvira después de que una serie de arquitectos no consiguieran terminarla, no por su dificultad, sino por falta de tiempo o siemplemente por malas relaciones con los que encargaron la obra. A Vandelvira le encarga la obra Francisco Bernal, que lo eligió por ver el trabajo realizado en su pueblo natal, Sanlúcar de Barrameda.

La capilla presenta una planta cuadrada abierta a las naves laterales y Vandelvira posiblemente se encargaría sólo de la cubrición de la misma, realizada con una bóveda vaída lisa enfoscada, sin verse el material que utilizó. Llama la atención que para esta bóveda no utilizara sus típicos artesonados a la manera de Serlio, como hemos visto en otras obras, aunque posiblemente los pusiera y puedan haber desaparecido en reformas siguientes[16].

-Vandelvira en Cádiz

Cádiz será otro de los focos importantes donde se concentre parte de su producción, sobretodo entre los años 1607 y 1625. El hecho de que estuviera tanto tiempo en la capital gaditana, se debe a su nombramiento como Maestro mayor de las fortificaciones de dicha ciudad, obras en las que estuvo trabajando exaustivamente[17].

La primera obra de fortificación en la que se ve involucrado Vandelvira fue el Castillo-ciudadela del Frente de Tierra, en el que ayudaría a Rojas, que fue el arquitecto a quién  se le encargó el proyecto. Un tiempo más tarde, Vandelvira ya aparecería como Maestro Mayor de las obras, involucrandose en la reconstrucción de las torres atalayas de Hércules y San Sebastián, en los Fuertes de El Puntual y Matagorda, o en la finalización de las obras del Puente de Suazo.

Vandelvira no hizo las trazas de la Fortificación de la Caleta de Santa Catalina, pero si estuvo en su realización por el cargo que ostentaba. Existió gran polémica en esta cosntrucción, debido a que el rey no había dado su autorización, y gracias a vandelvira no se demolió la obra. Actualmente, la Caleta de Santa Catalina es uno de los mayores emblemas de la ciudad de Cádiz.

En torno a 1622, el Cabildo manda a vandelvira la realización de la Muralla del Vendaval, que se extendió por la parte meridional justo a la espalda de la iglesia mayor. Esta sería la última realización de Vandelvira en las obras de fortificación[18].

Como arquitecto municipal, realizó la torre y la fachada de las Casas Capitulares en un periódo comprendido entre 1613 y 1620[19]. Se dice que la torre fue una de las trazas más importantes que acometió Vandelvira en Cadíz, aunque para nuestra desgracia se a perdido por reformas que se han realizado a la mencionada torre. El autor también modificó la fachada, con dos cuerpos y un balcon en la parte superior, quedando la torre en el centro.

Alonso de Vandelvira en su labor como arquitecto municipal, dejó varias “joyas” de infraestructura urbana por toda la ciudad gaditana. Construyó un edifício llamado El Rastro, que servía para el sacrificio de ganado para los vecinos del barrio, ahora ya desaparecido, pero que debió ser de aspecto funcional y barato en forma de cualquier otra casa de alrededor. Un molino de viento a extramuros de la ciudad, en el actual barrio de la Viña, del que sólo se conoce su planta circular, y actualmente no se encuentra en pie.

Tambien llevó a cabo el Retablo de la Capilla de San Pedro, que es de propiedad municipal, ubicada en el Hospital de la Misericordia. Vandelvira se hizo cargo de la traza de una manera bastante purista.

El autor llevó a cabo la reforma de las ermitas de Santa Catalina y San Sebastián. De la primera apenas se reconoce ya la labor vandelviriana, debido a las múltiples reconstrucciones que ha tenido. En la de San Sebastián, su labor apenas es anecdótica, ya que sólo se centra en reparar el material dañado, sin introducir nada nuevo.

También se le atribuye la Real Capilla de Nuestra Señora del Pópulo, aunque no se ha podido comprobar a ciencia cierta si la realizó Vandelvira o no. Parece indicar que si la realizó él, ya que en la fecha de creación de dicha capilla (1621-1624) aún estaba como Maestro Mayor. La obra muestra una planificación manierista con una planta cuadrada cubierta con falsa bóveda de aristas y una sola nave. Actualmente, la Real Capilla presenta una fachada neoclásica de finales del S.XIX, cuyo autor es Manuel García del Álamo[20].

Muchas obras realizadas en Cádiz, pero por la que será recordado Vandelvira es por la Iglesia de Santa María y, en concreto, por la capilla del Nazareno, realizada en 1616.

Vandelvira traza la ampliación de la iglesia por la parte de la cabecera, sin que la planta original sufriese ninguna modificación. Esta ampliación hace que la Hermandad del nazareno pida permiso para crear una capilla donde rezar a sus titulares, adosando dicha capilla a la iglesia, ocupando el atrio de la entrada. Las trazas también corrieron a cargo de Alonso de Vandelvira, pero no su construcción.

La ampliación de la cabecera se compone de un transepto y una capilla mayor, que será un espacio casi centralizado de planta de cruz griega. Tanto en las bóvedas, semiesferica del crucero y las de cañón, se presenta una decoracion basada en artesonados.

Por su parte, la capilla del Nazareno se adosa al muro de la epístola y tiene una planta rectangular, ya que suma un total de tres tramos de la iglesia. Se cubre con una bóveda semiesférica sobre pechinas, pero sin los motivos geométricos característicos de Vandelvira.

Por último, Vandelvira realiza la antigua iglesia del Hospital de la Misericordia, de la que no existen grandes datos al encontrarse derrubada actualmente[21].

[1]Idem, pp 259-265.

[2]Idem, pp 211-221.

[3]Idem, pp 237-240.

[4]Idem, pp 241-242.

[5]Idem, pp 243.

[6]Idem, pp 244-248.

[8]Idem, pp 249.

[9]Idem, pp 254-257.

[10]Idem, pp 150-156.

[11]Idem, pp 158-170.

[12]Idem, pp 176-182.

[13]Idem, pp 184-195.

[14]Idem, pp 110-112.

[15]Idem, pp 122.

[16]Idem, pp 132-136.

[17]Idem, pp 145.

[18]Cruz Isidoro, F., Alonso de Vandelvira. Tratadista y Arquitecto Andaluz, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, Sevilla, 2001. Pág 89.

[19]Idem, pp.90 y 91.

[20]Idem, pp 93-94.

[21]Idem, pp 98.

[22]Idem, pp 100 y 103.

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