La joven de la perla, Johannes Vermeer.

Esta obra pictórica, es una obra que podríamos definir como enigmática. La joven de la perla se realiza entre los años 1665 y 1667 y es apodada como la Mona Lisa del norte. La joven de la perla es una obra magnífica del pintor holandés Johannes Vermeer, ya que se trata de una obra con una imagen llena de nitidez y de realismo, además de una belleza indiscutible. Esta nitidez destaca sobre la oscuridad del fondo, como si un espectro saliera de la oscuridad para mirarte. Porta detalles que son retratados con una gran definición y realismo, los cuales desglosaremos a continuación.

La joven de la perla, Johannes Vermeer 1665-1667.

Podemos apreciar en primer lugar la mirada. Es una mirada fija hacia el espectador, una mirada la cual tiene un brillo especial. Es como si fuera una esfera totalmente brillante. Vermeer capta perfectamente como la luz incide sobre los ojos. Este brillo que retrata el pintor holandés, aparece de forma deslumbrante en su iris. Tal es el detalle, que nos muestra hasta los lagrimales, los cuales muestran un brillo húmedo. Los ojos son de un azul claro lleno de belleza. Sus párpados muestran las sombras del mismo perfectamente, incidiendo más sombra en el ojo izquierdo, ya que la luz incide desde su derecha.

Detalle ojos, La joven de la perla, Johannes Vermeer 1665-1667.

Si sus ojos son maravillosos, su boca es sublime. Vermeer retrata una boca entreabierta, en la cual vemos unos labios de un rojo intenso y húmedo en su parte interior y más rosado y seco en la parte exterior del labio. Son labios carnosos, los cuales son retratados con múltiples detalles. Vemos como se refleja la humedad de la saliva en la parte cercana a los dientes. Esta zona es la zona interior del labio, la cual es mas húmeda y carnosa, pareciendo que se está mordiendo el labio inferior. Por otro lado, vemos otros detalles como el sombreado que crean los labios en las curvaturas de los mismos, creando así una silueta de sombras magnífica. Por último Vermeer retrata las comisuras. El brillo de las comisuras se refleja de una manera perfecta. Las comisuras son unas zonas llenas de humedad, en las que la luz se refleja. Tras conocer todos estos detalles, podemos decir que es una boca de un realismo apabullante.

Detalle boca, La joven de la perla, Johannes Vermeer 1665-1667.

Esta obra porta un juego de luces de altísima calidad. Queremos destacar como las luces inciden en partes como la nariz de la joven o sus ropajes. En el caso de la nariz, la luz hace casi desaparecer la convexidad de la parte derecha de su nariz, por el contrario, al incidir la luz desde su derecha, muestra una sombra de una textura magnífica. Es una sombra totalmente sutil y muy realista.

Detalle nariz, La joven de la perla, Johannes Vermeer 1665-1667.

En el caso de sus ropajes, es especialmente destacable como las texturas y dobleces de la ropa, marcan las sombras de estas. Podemos destacar varios detalles. En el pañuelo de su cabeza, apreciamos como los dobleces del  mismo en la parte cercana a la cabeza aportan una división de colores, la cual le da una sombra de gran realismo. Vermeer aporta azules oscuros y negros que contrastan con la parte derecha la cual esta iluminada totalmente. En esta zona el pintor holandés opta por un azul claro.

Detalle pañuelo, La joven de la perla, Johannes Vermeer 1665-1667.

Otro lugar del ropaje de la cabeza, porta una sombra que define esta obra con su tenebrismo. Apreciamos como la oscuridad, la cual contrasta con el retrato haciéndolo brillar, porta en el lugar más recóndito de la joven un tenebrismo que la engulle, que la hace desaparecer. Vemos como el color negro apaga el blanco de este pañuelo.

Tenebrismo, La joven de la perla, Johannes Vermeer 1665-1667.

También destacamos la textura que refleja Vermeer en su vestido, en el muestra un color mate el cual contrasta con el color brillante y transparente que aporta en la vestimenta de la cabeza. En esta vestimenta, aporta dos caras como sucedía en el pañuelo, como si una línea separara la luz de la penumbra. Es una línea que une dos mundos totalmente opuestos.

Tratamiento del color mate, La joven de la perla, Johannes Vermeer 1665-1667.

Por último, hablaremos de uno de los principales protagonistas de esta obra pictórica. Es el caso de la perla, la cual porta la joven en su oreja izquierda. Esta parece flotar en el espacio. Es una perla en la cual Vermeer demuestra su habilidad pictórica. Las perlas tienen un brillo especial. Es un brillo que reluce a través del mate, es como un destello que pulula por la joya. La perla retratada por Verméer, refleja tres partes. El destello de luz, el cual pulula por la perla, imitando la perla original y el reflejo del blanco perteneciente al cuello del vestido. Este fenómeno aporta tres tonalidades. Un plateado mate, un plateado el cual desprende el blanco del cuello y un blanco brillante reflejo de luz en la perla. En definitiva, Vermeer realiza un tratamiento magnífico de la luz, los reflejos y la naturaleza.

Detalle perla, La joven de la perla, Johannes Vermeer 1665-1667.

Comparte este artículo: