El viejo guitarrista ciego, reflejo de crudeza. Picasso.

El viejo guitarrista ciego, es una obra que nos transmite una sensibilidad a flor de piel. Vemos como esta persona retratada por Pablo Picasso, nos muestra una visión llena de decadencia vital.

El viejo guitarrista ciego, Pablo Picasso, 1903.

Debemos entender que es un reflejo profundo de lo que supone la mendicidad, la soledad, la tristeza, además de la ceguera. Todo esto se une en un sentimiento de pertenencia y sentido de esperanza hacia la guitarra. La guitarra o cualquier instrumento musical, te aísla de las situaciones difíciles y te agarras a ello como sentido de vida. Picasso en este instrumentista, quiere mostrar el contraste entre la dureza emocional que provocan todas las circunstancias vitales difíciles y el sentimiento de consuelo que provoca el instrumento.

Además de un reflejo de estas situaciones, se trata de un autorretrato emocional del propio pintor. Pablo Picasso en la etapa en la que realiza esta obra, siente la pobreza en sus carnes. También sentirá un miedo profundo a tener una ceguera hereditaria, la cual le provoca o una crisis que se ve acuciada también por la muerte de su amigo Carles Casaguemas. El periodo azul en el que esta inmerso esta obra, transmite una catarsis emocional con la cual nos podemos sentir conectados. Todos tenemos crisis existenciales y muchos sufrimos las penurias de las que salimos con esperanza.

Pictóricamente es una obra que aporta detalles que reflejan lo anteriormente hablado. Picasso retrata una fisonomía delgada, en la cual llama la atención sus delgadas piernas. Así como las manos, las cuales se muestran grandes y delgadas. Unas manos que son óptimas y que nos hablan de “manos de guitarrista”.

Detalle mano izquierda, El viejo guitarrista ciego, Pablo Picasso, 1903.

Tanto manos como piernas, abrazan la guitarra como una balsa de esperanza. Así, como una postura cansada y una colocación de las manos, las cuales están realizando un rasgueo.

Detalle mano derecha, El viejo guitarrista ciego, Pablo Picasso, 1903.

Su rostro está retratado de una manera decadente. Su cabeza cuelga del cuello sin fuerza. El viejo guitarrista, se centra en el sonido que le da sentido a su vida, escuchando un canto guitarrístico que le hace sentir vivo. Su rostro muestra una delgadez severa, así mismo, sus pies también se muestran grandes y delgados.

Detalle rostro, El viejo guitarrista ciego, Pablo Picasso, 1903.

El color azul baña la obra. Su piel es de un azul, que se acerca al verde. Es un color de piel que apoya el decaimiento. Su vestimenta porta tonos azules y negros.

Detalle tonalidades azules, El viejo guitarrista ciego, Pablo Picasso, 1903.

Así mismo, podemos observar como Picasso deja asomar la piel de su hombro en uno de los harapos de su camisa.

Detalle harapo, El viejo guitarrista ciego, Pablo Picasso, 1903.

La guitarra nos muestra su color original, por lo tanto servirá como elemento de contraste y como único ente que no cae en el bello y decadente predominio del azul y el azul cercano al negro.

Detalle guitarra, El viejo guitarrista ciego, Pablo Picasso, 1903.

En definitiva, es una obra pictórica que porta un aprendizaje y una emocionalidad, que hablan muy bien de la sensibilidad vital y artística del pintor malagueño. Ya que transmite a la perfección los sentimientos que puede sentir una persona en la mendicidad. Así mismo transmite el sentimiento de soledad e indefensión que provoca la situación de pobreza y ceguera. Por último, transmite perfectamente el sentimiento que provoca el instrumento al instrumentista.

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