San Jerónimo, el espejo donde se miró Torrigiano.

Hoy queremos hablarles de una obra escultórica de gran calidad. Se trata de la obra en la que el escultor florentino Pietro Torrigiano retrata a San Jerónimo. Pietro nace en Florencia en el año 1472 y realiza su actividad escultórica por la geografía europea, concretamente en Italia, Holanda, Inglaterra  y España. Siendo conocido por su incidencia en la historia del arte española. Esta obra es la escenificación de un estilo y una forma de entender la escultura y la vida. Torrigiano fue un escultor que destacaba tanto por su obra como por su carácter. Su convicción le llevo a conflictos sonados e incluso a su muerte. San Jerónimo penitente es una obra llena de convicción y de fortaleza, es una lucha que se convirtió incluso en una premonición.

San Jerónimo penitente, Pietro Torrigiano, 1525

San Jerónimo penitente es una obra encargada para el Monasterio de San Jerónimo de Buenavista en la ciudad de Sevilla. Representa la lucha interna del Santo, el cual sufrió y padeció con su sacrificio por temor a los infiernos. Cumplió penitencia por el perdón de sus pecados, parece como si fuera una premonición, ya que esta obra escultórica se convirtió en un espejo en el que se miró Pietro Torriggiano. La vida de San Jerónimo se reencarno en Torrigiano tras ser encarcelado y el ayuno voluntario de San Jerónimo se convirtió en huelga de hambre en el caso del artista florentino. Torriggiano fue encarcelado por la Inquisición y murió de inanición, su convicción y sus valores le llevaron a la muerte, quizás se puede entender cómo una muerte honrosa defendiendo sus derechos. Ya que la destrucción de un encargo de una virgen no retribuida le llevó a su encarcelación. Algunos lo tildaron como violento por algunos famosos altercados, como es el caso de la pelea con el genio italiano Miguel Angel.

Volviendo a la obra escultórica en cuestión, El padre de la iglesia San Jerónimo es retratado de una manera magistral, se muestra un San Jerónimo lleno de fuerza en sus músculos y a su vez poniendo en evidencia la crudeza de su penitencia. También es maravillosa la manera en la que San Jerónimo mira a la cruz esperando una respuesta a sus pensamientos. Pensamientos que son transmitidos en sus escritos por el mismo San Jerónimo. El proceso que decidió realizar no fue fácil y así se puede entender en sus cartas.

San Jerónimo penitente, Pietro Torrigiano, 1525

Impacta el realismo que refleja Torriggiano en el San Jerónimo, podemos ver la tensión de los músculos, las venas sobre saltadas, la rudeza de las manos, el sufrimientos de los pies y una delgadez en el abdomen muy realista. Es una persona que decidió no comer y sufrir para purgar sus pecados. San Jerónimo se arrodilla ante la cruz con una tensión postural reflejada en el sufrir de los dedos del pie izquierdo y vemos también la tensión muscular en la pierna derecha. Todos estos aspectos aportan un realismo apabullante y una crudeza que impresiona en una escultura de un tamaño natural. El rostro muestra un San jerónimo con la cabeza alta, orgulloso y decidido a su fe. Es reflejado con la cabeza tan alta que el cuello muestra una alta tensión postural la cual está en consonancia a todo el cuerpo. El San Jerónimo de Torriggiano es una obra inspiradora, es una obra que impresiona en la actualidad e impresionó a genios como Francisco de Goya, no es de extrañar que un pintor con tal don para la crudeza no se fijara en un escultor con tanta fuerza y tanta sinceridad en su realismo.

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