Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte, Seurat

Hoy hablaremos de una de las obras más conocidas de Georges Seurat, cuyo título es Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte. Es una obra cumbre del puntillismo y unas de las pinturas más relevantes del siglo XIX. Georges Pierre Surat nace el 2 de diciembre de 1859 en París y muere con tan solo 32 años tras sufrir una angina infecciosa. Se trata de un pintor que estilísticamente lo encuadramos en el postimpresionismo. Seurat estudiaría Bellas Artes en París y tras realizar el servicio militar en la Bretaña francesa abre su estudio. Sus modelos como sucedió en el impresionismo eran personaje pertenecientes a los ámbitos sociales. En un principio sus modelos fueron campesinos y vendedores ambulantes. Podemos considerar muchos de sus dibujos previos y bocetos como obras de arte, aunque en su época algunas de sus obras fueron rechazadas por cierto público en algunas salas de exposiciones.

«Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte»

Compartió vivencias, amistad y pensamientos con otros pintores seguidores del movimiento impresionista, como es  el caso de Paul Signac. Seurat quería conseguir una pintura científica y utilizaba una técnica poco corriente para su época. Su puntillismo era una técnica muy costosa para el pintor, ya que necesitaba una gran dosis de paciencia para completar un cuadro completo. Además, no era una técnica ampliamente utilizada. Seurat cogió la bandera del puntillismo y le sirvió para realizar grandes obras de arte. Obras que lucharon contra opiniones de compañeros seguidores del impresionismo, no aceptaban su forma de pintar. Destacó la oposición de Renoir y el apoyo de su amigo Camille Pissarro. Precisamente el cuadro del que hablamos el día de hoy Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte  fue expuesto en una exposición abierta el 15 de mayo de 1886, en la cual no acudieron ninguno de los representantes de la pintura impresionista.

En esta exposición presentó aparte de Tarde de domingo, otros cinco paisajes y tres dibujos. Las principales críticas hacia esta forma de pintar era la falta de espontaneidad que profería el punto frente a la pincelada suelta y enérgica. Lo que si es de justicia decir es que creaba una unidad cromática difícil de igualar por otros puntillistas. Así mismo, conseguía un efecto óptico original que nadie fue capaz de conseguir. Creaba una atmósfera llena de luz y color. Podríamos hacer una reflexión de como actualmente nuestras pantallas se basan en millones de puntitos para reflejar la realidad. Seurat lo conseguía a través de sus cuadros.

«Georges Seurat»

Centrándonos en la obra en cuestión, algunos hablaban de ella como una obra tímida y algo primitiva por su rigidez.  Temáticamente es una obra costumbrista, la situamos en la Grande Jatte a las orillas del Sena. Se trata de un lugar que se utilizaba para el esparcimiento y paseo parisino. Podemos estructurarla en una zona de luz y otra de sombra. Destaca la interacción entre personajes verticales, tumbados y sentados. Es curioso como utiliza el color, ya que influye en zonas cercanas colores cercanos. Esto crea un efecto óptico. Utiliza los colores puros y la sombra no solo es negra sino violeta o azulada. El cuadro tiene una perspectiva totalmente estudiada por el pintor.

Contiene múltiples diagonales y punto de fuga situado a la derecha del cuadro. El cuadro en relación a la cantidad de elementos que hay en el cuadro parece un cuadro barroco o un retablo lleno de personajes. Esto crea múltiples campos y perspectivas. Los personajes son representados casi de forma geométrica, tienen un perfil estricto o frontal en el cual no se atisba movimiento en sus figuras. Es una obra que tiene clara su intención de ser una representación de la realidad no muy real si pensamos desde la perspectiva del naturalismo, pero si impresionista por su temática social. Algunos estudiosos destacan en su paleta de color una similitud con Piero de la Francesca. Se trata de una mezcla compleja debido a las dimensiones del cuadro y la trabajosa labor de la técnica puntillista. Prueba de ello es el tiempo que le llevó realizarlo, ya que tardó más de dos años en completarla. Se trata de una obra más técnica que expresiva o creativa.

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