Apolo y Dafne, Gian Lorenzo Bernini

En esta obra maravillosa de Gian Lorenzo Bernini, podemos ver a dos protagonistas de la mitología griega. Concretamente se trata de Apolo y Dafne. Apolo quiere conquistar a Dafne la cual huye. Según la mitología, estos fueron atravesados por una flecha dorada y una flecha de plomo. El Dios Apolo fue atravesado por una flecha dorada, la cual le hizo enamorarse perdidamente de Dafne. Al contrario, Dafne fue atravesada por la de plomo y esta le provocó un gran rechazo hacia Apolo.

Apolo y Dafne, Gian Lorenzo Bernini, 1622-25

Debido a esta cuestión, se convirtió en un amor imposible. Dafne en su huida le pidió ayuda a su padre, el cual también era Dios, concretamente el Dios Ladón. Este la convirtió en laurel en el momento justo que Apolo quiso besarla. Apolo tras la metamorfosis de Dafne nombró al laurel como árbol sagrado. La utilización del laurel en Dafne, ilustra el origen de uno de los símbolos típicos de Apolo, el cual será la corona de laurel.

Gian Lorenzo Bernini creó esta obra maestra sin precedentes a petición del Cardenal Borghese entre 1622-25. Esta es la última obra por encargo de la familia Borghese y una de las esculturas más populares de Bernini. Es una estatua a tamaño real de mármol, que ha estado ubicada siempre en el mismo lugar y en la misma villa. Originalmente, se la encontró en una base más baja y estrecha, situada contra la pared y cerca de la escalera. Por lo tanto, cuando una persona entraba a la sala, se vería en primer lugar a Apolo y después veríamos a la ninfa huyendo.

Dafne tiene la mayoría del cuerpo cubierto con la corteza del laurel, siendo mitad mujer y mitad árbol. La corteza ha llegado a su cintura, el cual es un rasgo que vemos solamente en esta obra y así mismo, en la versión de el pintor francés Poussin. Con la decisión de representar el cambio al laurel de manera más avanzada, Bernini ha dado más elementos de apoyo a la base de esta estatua de mármol. La utilización del mármol como material exclusivo, permitió al artista manifestar su talento enorme en el tratamiento de esta piedra.

Detalle de avanzada metamorfosis, Apolo y Dafne, Gian Lorenzo Bernini, 1622-25

Su habilidad y destreza es evidente en la sensación de realidad de esta obra en los detalles de los cuerpos, de las expresiones y en el sentido de movimiento de los personajes. Juega así mismo, con los contrastes, la rugosidad de la corteza y hojas y el pelo rizado frente la suavidad del cuerpo de los jóvenes en un mármol completamente pulido.

Detalle texturas, Apolo y Dafne, Gian Lorenzo Bernini, 1622-25

Bernini captura el momento más enfático del mito, que evoca en esta estatua un drama y emoción intensa. Se puede ver claramente en esta obra el terror de la ninfa en su rostro, su boca entreabierta dando la impresión de gritar el alegato a su padre. Es ciertamente un retrato de una gran teatralidad.

Detalle del terror en su rostro, Apolo y Dafne, Gian Lorenzo Bernini, 1622-25

Además, Dafne muestra una gran intensidad expresiva en aspectos como su cara, su cabeza inclinada y el pelo erizado, los cuales contrastan enteramente con Apolo que está fijado en su presa la cual se está transformando en árbol delante de sus ojos.

Detalle contraste entre miedo y fijación, Apolo y Dafne, Gian Lorenzo Bernini, 1622-25

La mano de Apolo como en el mito de Ovidio, está en la cintura de la ninfa, en la cual todavía se puede sentir su corazón palpitante.

Detalle mano de Apolo, Apolo y Dafne, Gian Lorenzo Bernini, 1622-25

Además, se ve claramente una parte fundamental de la iconografía de Apolo; el laurel y la corona, los cuales se originan en la obra de Ovidio.

Detalle laurel, Apolo y Dafne, Gian Lorenzo Bernini, 1622-25

También se nota que se retrata del todo la idea de que era un muchacho andrógino, con su aspecto joven, delgado y con un peinado bastante femenino. Esta es una percepción de Apolo que existía ya en el periodo helenístico.

Detalle de rostro andrógino, Apolo y Dafne, Gian Lorenzo Bernini, 1622-25
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