Cuando el paisaje es un puente hacia la belleza, Sisley.

Queremos hablarles de Alfred Sisley, un gran pintor del impresionismo y un gran paisajista. Trataremos a Sisley abarcando una obra la cual convertiremos en metáfora. La conexión de uno de los bellos puentes que retrató el pintor impresionista, nos sirve para sentir y conectarnos con la belleza que se puede encontrar a través del paisaje. Crearemos ese nexo gracias a una obra llena de sensibilidad. Sisley cuenta con gran cantidad de paisajes, pero Puente en Villeneuve la Garenne es un perfecto ejemplo de paisaje que nos transporta y nos conecta con la belleza. Se trata de una de las muchas demostraciones de como Alfred Sisley trata el paisaje como un lugar donde absorber y captar belleza. El paisaje está ahí por razones casi aleatorias, pero es un descubrimiento que Sisley plasma de manera magistral.

Puente en Villeneuve la Garenne, Alfred Sisley. 1872.

Sisley en esta obra retrata el cielo de forma sublime. Su pincelada es ligera pero a su vez muy certera. Las nubes aparecen de forma realista, ya que las nubes como estas son típicas de un día soleado y estas tienen poca densidad. Estas nubes quizás son las más bellas e idílicas. Este tipo de nubosidad la retrata Sisley enmascarándo los azules en los que se transparenta el blanco y crea esa sensación de poca densidad. También capta perfectamente los distintos azules del cielo. El cielo no tiene siempre el mismo azul ya que depende de la incidencia de la luz. Por esta cuestión, vemos retratados azules más marinos y azules más claros. Este fenómeno lo plasma Sisley con la utilización de una leve capa de blanco creando varias texturas sobre el azul cielo.

Textura de las nubes, Puente en Villeneuve la Garenne, Alfred Sisley. 1872.

Otro de los aspectos importantes de esta obra, es como realiza el río y sus reflejos. El río de agua cristalina refleja todo lo que incide sobre el. Por esta cuestión, podemos observar como inciden las sombras y los reflejos. Sisley retrata esos reflejos en lugares como la orilla, en la que podemos ver reflejado el verdor de la hierba de la ribera del río. Es curioso como la luz hace que el reflejo sea más celeste o más terrenal. Esto sucede debido a que el río refleja el cielo, por eso, podemos observar una agua más azul cuanto más luz incide sobre el agua. Pasa de manera contraria en las zonas cercanas al puente, donde observamos como aparece un color verdoso, ya que es el color original del fondo del río. Sissley capta este fenómeno de una manera increíble. A pesar de sus pinceladas impresionistas, tiene un detalle increíble en relación a este fenómeno, aportando ese contraste entre el reflejo del cielo y el reflejo del fondo.

Reflejo de la ribera, Puente en Villeneuve la Garenne, Alfred Sisley. 1872.
Reflejo del fondo del río, Puente en Villeneuve la Garenne, Alfred Sisley. 1872.

Podemos observar algunos reflejos curiosos con efectos distintos. Es el caso de los blancos, que se reflejan debido a uno de los muros pintados de un blanco impoluto localizado en la ribera del río cercano al puente. Así, como incide la nubosidad con un reflejo blanco en las partes donde incide ese reflejo celeste. En el río podemos ver otros elementos retratados por el pintor Alfred Sisley. Retrata un paseo en barco en el que vemos tres personas disfrutando de este maravilloso lugar.

Barco en el río, Puente en Villeneuve la Garenne, Alfred Sisley. 1872.

El puente es una maravilla en todos los aspectos. Sisley retrata este puente de una manera simple, efectista y con grandes detalles. Con simples y ligeras pinceladas, realiza el entramado de este puente, este casi se camufla con el azul del cielo. Es increíble lo poco que importa ser cuidadoso el la pincelada, ya que a pesar de ello, Sisley consigue un efecto ensoñador en la manera con la que juega con la visión. Es muy cuidadosa la manera en la que aparecen los detalles del puente. Por ejemplo el hierro que se entrecruza e incluso la forma en la que aparecen los remaches. Es detallista pero confusa su pincelada. Es maravilloso también como trata el pilar y los bajos del puente. Con pinceladas de colores intercalados y enmascarados, crea texturas en la piedra. Así mismo, una especie de cobrizo en los bajos, creando un color marrón cercano al color del óxido.

Detalle del puente, Puente en Villeneuve la Garenne, Alfred Sisley. 1872.

También podemos observar como la sombra del puente tiene un papel principal en esta obra, ya que incide en la ribera del río. La forma en la que retrata la sombra del puente, es casi como una prolongación del mismo, llegándote a confundir el final de este puente con la sombra. Esta trae consigo un detalle, ya que vemos como aparece una pareja la cual disfruta de este romántico espacio.

Sombra del puente, Puente en Villeneuve la Garenne, Alfred Sisley. 1872.

Por último, el pueblo que aparece en el fondo, porta unos detalles magníficos en aspectos relacionados con el color y la pincelada. En el caso de los árboles, estos están retratados con manchas que se intercalan y consiguen un árbol que capta perfectamente los colores propios de los ramajes intercalados con los distintos verdes de las hojas.

Detalle arbol, Puente en Villeneuve la Garenne, Alfred Sisley. 1872.

Así mismo, los distintos detalles y sombras que podemos observar en las casas. En las que el impresionismo de esas pinceladas tan sueltas y cada vez más lejanas, no dejan de tener ese detallismo capaz de captar lo importante con tan poco. Sisley estruja el detalle, absorbe la belleza y lo plasma con una magnífica pincelada.

Detalle casa, Puente en Villeneuve la Garenne, Alfred Sisley. 1872.
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