Desde Charlarte queremos tratar una de las obras emblemáticas del pintor romántico alemán Caspar David Friedrich. Concretamente, hablamos de su obra El caminante sobre el mar de nubes. Esta obra maestra, fue realizada en el año 1818 y actualmente está conservada en la Kunsthalle de la ciudad de Hamburgo. La obra pictórica, parece enmarcada según algunos elementos naturales característicos, en una paisajistica propia de la zona de la Suiza Sajona, Distrito alemán.
Es una obra de una época contemplativa del autor, con aspectos, los cuales demuestra en varias de sus obras. Es una obra impersonal en cierta manera, ya que el protagonista nos da la espalda creando un aura de duda. Algunos hablan que el protagonista retratado se trata del pintor, pero lo que busca el pintor realmente, es mostrar un personaje en el cual introducirse y sentir que tu eres esa persona retratada. Por lo tanto, el caminante podría ser cualquiera de nosotros, pretendiendo crear una visión de nuestra vida, en la que nos perdemos ante la inmensidad del más allá.
Así mismo, esta obra pictórica es una evocación de la pequeñez del ser humano frente al universo. Esto lo podemos relacionar con algunos escritos de Víctor Hugo que se centran en este aspecto. El pintor romántico crea una visión introspectiva llena de sensibilidad, en la que cabe una reflexión previa del pintor, el cual muestra una gran inteligencia frente al contexto. Friedrich tiene un don para captar lo que le rodea, y precisamente su pincelada no es sublime en sus personajes sino en sus atmósferas. Friedrich tiene muy presente la naturaleza y su atmósfera, existiendo algunos ejemplos importantes. Es el caso de la obra pictórica realizada en los Acantilados de Rügen. Tanto en la obra en cuestión, como la basada en los acantilados de Rügen, muestran un infinito escenario natural para la contemplación.
Friedrich en su obra El caminante sobre el mar de nubes, retrata como protagonista un caminante localizado en un lugar enigmático. La naturaleza le abruma como un espectro, el cual lo atrapa y si se acerca hacia esta, lo haría desaparecer. Las nubes crean una atmósfera única y están enmarcadas en un mar montañoso, el cual resurge entre las nubes. El pintor de la Pomerania, crea una visión ensoñadora pero a la vez realista de un lugar, el cual podría ser factible en la naturaleza. Es un realismo simbólico, creado, pero que a su vez podría ser situado y basado en una imagen y localización real.
Pictóricamente, debemos destacar algunas cuestiones. Su paleta de colores en esta obra es de tonos fríos. Esta frialdad, retrata a las claras la intención del pintor ya que la naturaleza es fría ante nosotros, es dura y no perdona, te da y te quita como la vida. Muestra un escenario de nieve, montañoso y lleno de frio, como fría es la soledad con la que muere el ser humano. La forma en la que Friedrich pinta las nubes es sublime. Su pincelada en este caso, muestra unos blancos que son superlativos, con un blanco puro y ligero el cual crea esa especie de bruma magnífica. Tras esa bruma se atisban montañas las cuales son retratadas con un efecto perfecto. La falta de luz, hace que los elementos se pierdan en la visión y las nubes propias de las alturas más frías hagan mostrar una visión a corto plazo de la perspectiva.
Destaca la utilización de los colores cálidos en el personaje, el cual es el único foco de calidez. Este, porta un verde esperanza en su vestimenta, como si nos quisiera decir que el ser humano es el único foco de esperanza del cuadro. También muestra una posición dominante en la escena, subiendo su pie izquierdo por encima de la naturaleza. El pelo muestra una textura magnífica, transmitiéndonos el viento y una dosis de movimiento en el.
El negro de la naturaleza central, contrasta con la neblina y las nubes blancas, centrando nuestra atención en el primer plano. Este primer estamento, se diluye cuanto más cerca está de la naturaleza. En el fondo vemos el más allá y la divinidad según algunos estudiosos, siendo las nubes la representación de Dios. Con este último aspecto del Caminante sobre el mar de nubes de Friedrich nos despedimos.