Hoy os queremos hablar de una de las obras más reconocidas del pintor sevillano Diego Velázquez. La obra titulada La fábula de Aracne y conocida como Las hilanderas, es una obra llena de detalles que marcan el relato de una obra que a simple vista, parecería no atisbar más allá que la representación de unas hilanderas encargadas de hacer los tapices. Es como si la obra se convirtiera en una meta-fábula, mostrando una visión descriptiva de la milenaria Fábula de Aracne. El literato Ovidio en su obra Metamorfosis, relata esta fábula como un ejemplo de escarnio de los dioses ante los que osan desafiar su poder.
La historia, cuenta como Aracne era una de las jóvenes mas virtuosas a la hora de tejer. De toda Grecia venían a ver su maestría. En un alarde de soberbia y al verse tan superior, se jactó de ser mejor que la Diosa Palas Atenea, Diosa que acogía a todas las artes. Tras escuchar la Diosa estas osadas palabras, se convirtió en anciana para así advertir desde la sabiduría, que no osara desafiar más a los dioses mostrando respeto hacia ellos. Aracne siguió mostrando su soberbia sin reparo. La Diosa Palas Atenea se mostro en todo su explendor retando a Aracne a un duelo. Atenea realizó seis tapices en los que se muestran seis escenas en las que se muestran las consecuencias de desafiar a los dioses. Aracne avida de respuesta, le mostró seis tapices en los que los mortales acababan seducidos por los dioses. Este concurso acabó con suerte desgraciada para Aracne, perdiendo el duelo y convirtiendose en araña como castigo. Por lo tanto, se convirtió en otro escarnio divino añadiéndose a algunos de los mitos planteados por Palas Atenea.
Todos estos personajes, son representados por el pintor sevillano, aportando su propia visión y escenografía. Velázquez nos muestra una manufactura de tapices, la cual nos teletransporta a esta escena de Ovidio, en la que existe esta especie de duelo entre la Diosa y la mortal Aracne. Se nos muestran elementos propios de estas fábricas, como los ovillos, madejas y copos de lana y por supuesto las hiladoras, las cuales crean los hilos que realizan estos tapices.
Podemos ver a los personajes, principalmente a Aracne a la izquierda del cuadro, con blusa blanca y a la derecha del cuadro, Aracne. Así mismo, vemos como Velazquez retrata a Palas Atenea aun disfrazada de anciana, pero a su vez, muestra partes del cuerpo de patente juventud.
Otro de los detalles mostrados en la obra, es la representación del tapiz basado en el Rapto de Europa. Precisamente en la estancia cercana a este tapiz, aparece la propia Diosa Atenea, mostrando la visión original de la misma, y añadiendo así las dos visiones de la misma Diosa en un mismo lugar. Tanto la versión disfrazada, como la de Diosa revelada. Además, aparece la propia Aracne en las escenas vestidas de blanco, mirando en una de ellas a los hilares con rostro de sorpresa frente a la revelación de la verdadera identidad de la Diosa. Por lo tanto, es una visión de lo más original, ya que Velázquez arduo en creatividad, realiza las dos escenas planteadas por Ovidio en un mismo espacio temporal.
Volviendo al tapiz, debemos decir que este tapiz retratado por Velazquez, esta basado en el realizado por el pintor italiano Tiziano, el cual tenía un gran prestigio en su época. Velazquez claramente le haría un guiño al pintor con esta inclusión.
Centrándonos en los aspectos artísticos de la obra, podemos decir que se muestra una escena conjunta en la que existe un nexo de conexión entre las dos, el cual es la luz. Los elementos importantes en la obra están remarcados con la luz. Precisamente Aracne esta iluminada en las dos escenas, quedando señalada como la protagonista de la fábula y siendo el nexo de unión. Por otro lado, las sombras nos señalan los lugares de separación y elementos no importantes de las escenas. Quedando una línea oscura entre la escena en primer plano y la perteneciente a la estancia del tapiz. La sombra, también señala los personajes que no son principales. A estos casi se les ve como un espectro y sumidos en la oscuridad.
Queda claro que las luces y las sombras nos delimitan el protagonismo, como si de un escenario teatral se tratara. Ya que el foco de luz sigue a los protagonistas a lo largo de la escena. Incluso en los personajes principales, existen distinciones. Aracne aparece de forma brillante y nítida mientras que Palas Atenea aparece ensombrecida junto al hilar.
Velázquez casi nos enmascara a los personajes en la segunda escena, debiéndonos fijar muy bien. Para ver que son personajes independientes del tapiz, tenemos que fijarnos en las tonalidades originales y algunas de las sombras las cuales nos dejan claro que son escenas a parte.
Precisamente esta escena cercana al tapiz, marca ese desafío de lo divino frente a lo mundano. La virtud de Aracne y de Tiziano esta contrapuesta con el orgullo y la superioridad de la diosa. Quizás, valorando como las mujeres y los hombres, son capaces de hacer creaciones geniales de las que sentirse orgullosos frente a la divinidad. O quizás Ovidio quería alertar que la soberbia del artista podría matar su valor y persona. Pero Velázquez muestra una puesta en valor de la obra frente a la divinidad, no sabemos si señalando la venganza de la deidad o como una llana exaltación del artista.