Dama de Elche

En este comentario, os queremos hablar de la Dama de Elche, escultura íbera del siglo V y IV a.C; la cual representa una dama ataviada de un atuendo muy característico e idiosincrático. Esta dama vivió el La Alcúdia, provincia de Elche. La Alcúdia era un lugar que daba una gran rentabilidad agrícola y esto hizo que tuviera un papel central en el comercio; perdurando esta tendencia en época romana. También portaba unas canteras de piedra muy valiosas, las cuales eran una fuente primordial para la escultura en piedra.

Dama de Elche, Siglo V-IV a. C.

Esta dama presenta aspectos relacionados con la identidad mediterránea, debatiendo su origen entre sus influencias griegas, asiáticas, púnicas y fenicias. El sentido de esta escultura es debatible, ya que se plantea cual fue la intención de esta escultura. Algunos hablan que se trata de un busto, ya que era común la construcción de bustos en terracota. Aunque tras los estudios pertinentes, se encontraron restos de ceniza perteneciente a huesos, por lo tanto, su papel sería de urna funeraria. Esta escultura, porta una especie de hueco donde se supone que se introducían las cenizas del fallecido. Según algunos estudiosos, esta obra escultórica poseía policromía. En la actualidad vemos la piedra caliza en su estado natural. En todo caso su belleza y calidad escultórica es apreciable en la piedra.

Reconstrucción realizada por Francisco Vives

Tras conocer algunos aspectos importantes de la obra, pasaremos a tratar algunos detalles. La Dama de Elche, porta dos rodetes que recogen el peinado. Estos rodetes, son realizados con una gran calidad escultórica, ya que porta gran cantidad de detalles y un labrado minucioso. Como si se tratara del propio joyero, el escultor imita la labor del orfebre, el cual labra el metal como el escultor la piedra. Y en este ejemplo escultórico, se muestran grandes ejemplos de esta joyería íbera de gran calidad, la cual es un símbolo de riqueza para la dama retratada.

Detalle del rostro, Dama de Elche, Siglo V-IV a. C.

También porta un manto que cubre a esta dama, el cual muestra unos pliegues que crean una especie de escote, el cual muestra tres collares con anforillas y porta-amuletos, pendientes de placas e ínfulas a los lados del rostro además de una fíbula que cierra la túnica. Los colgantes, porta-amuletos y la fíbula que aparece en esta escultura ibérica, son elementos típicos de estas poblaciones hispánicas.

Detalle joyas, Dama de Elche, Siglo V-IV a. C.

Así mismo, queremos hablarles de algunos aspectos de la vestimenta. Concretamente lleva un tocado que porta una tiara cubierta por un velo. Este manto, en aspectos artísticos, destaca en como se representan los pliegues de una manera muy realista. También decir sobre los ropajes que porta, que son similares a otros ejemplos escultóricos de damas íberas.

Detalle manto, Dama de Elche, Siglo V-IV a. C.

El rostro tiene relación con la escultura griega e incluso su boca nos puede recordar al busto de Nefertiti, el cual es perteneciente a la escultura egipcia. En esta comparación, podemos ver como la boca comparte la forma de concebir la textura del labio inferior y la forma de su comisura en el labio superior. La parte de su nariz, boca, barbilla y cuello, es la que tiene una textura más pulida. Quizás en su estado original, el rostro mostrara una versión totalmente diferente, y más teniendo en cuenta la visión policromada de esta.

Detalle boca y nariz, Dama de Elche, Siglo V-IV a. C.
Detalle boca, Busto de Nefertiti, Tumose, 1345 a. C

Además, sus ojos no estaban con los huecos que se atisban actualmente, si no que portarían incrustaciones de pasta vítrea o piedra en los ojos. Con este último detalle, concluimos el comentario sobre esta magnífica obra.

Detalle mirada, Dama de Elche, Siglo V-IV a. C.
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