Queremos describirles en nuestro artículo de hoy, una obra en la que se relata un contexto propio del mundo de dos disciplinas tan íntimamente relacionadas como es el caso de la orquesta y el Ballet clásico. Como no podía ser de otra manera, el encargado de traernos esta escena pictórica es Edgar Degas.
El pintor, dibujante y escultor parisino, tuvo una sensibilidad especial para retratar los sentimientos y las distintas escenas propias de un mundo tan sacrificado y tan bello como es la danza, concretamente en este caso del Ballet. Además, este es capaz de retratar perfectamente los sentimientos y las imágenes propias de estos músicos. Capta perfectamente los sentimientos que se producen en escena y también algunos momentos de espera. Estos momentos son propios del artista que siente la presión y la concentración justo antes de salir a actuar o la sentida en el propio escenario.
Concretamente, en esta obra titulada Músicos en la orquesta, podemos ver dos sentimientos escenográficos distintos. En primer lugar, estos músicos retratados en primer plano, los cuales observan la partitura, esperan a que les llegue el momento de tocar. Como es ampliamente conocido, en una orquesta debes respetar la composición y esperar a que llegue tu momento. Es una labor trabajada el saber escuchar a tus compañeros, para así ser un único instrumento que va a las directrices del director y a los aspectos musicales y melodías escritas por el compositor. Edgar Degas capta perfectamente este momento tan propio de las orquestas.
También comentar sobre estos músicos, que están colocados en el foso, lugar donde se sitúan las orquestas que ponen música a espectáculos que están basados en situaciones escenográficas; como es el caso del Ballet o la Ópera. La orquesta no es elemento principal en estos casos, aunque si es importante.
En relación a la orquesta, Degas representa otros instrumentos y elementos propios. Es el caso del fagot, el cual asoma detrás del violonchelista de la izquierda del cuadro.
También podemos observar como se retratan concretamente tres arcos, los cuales son retratados por Degas en pleno movimiento. Esto crea un contraste respecto a lo que antes relatábamos. Hay músicos que esperan su momento y otros que participan en la representación, puesto que estos que participan, se ve delatada su participación por el movimiento y colocación de estos arcos.
En aspectos pictóricos, destaca el detallismo de algunos elementos. Concretamente podemos observar detalles como la textura del pelo de estos músicos, además de detalles de gran realismo, como son los desconchamientos propios de los instrumentos musicales. Pudiendo encontrarlos en la voluta del violonchelo.
Así mismo, podemos observar el detallismo en las manos de uno de los intérpretes, el cual abraza con su mano izquierda el mástil de su violín. También, en otros detalles como los cuellos de sus camisas, perfectamente retratados. Estos portan un realismo de gran calidad reflejado en aspectos como la forma en la que incide la luz sobre estos. Así como encontramos una visión detallada en la orquesta, también podemos ver una visión impresionista. Concretamente podemos encontrar a uno de los músicos de la siguiente fila, el cual aparece su rostro difuminado.
En contraposición, podemos ver como las bailarinas están en escena representando el acto correspondiente. Podemos observar a una bailarina que está siendo la protagonista de este. Abre sus brazos esparciendo su tutú. Por otro lado, podemos observar al resto de la compañía actuando, mientras la protagonista se retrata en primer plano de escena.
Estas portan una bella vestimenta propia del Ballet. Como decíamos, lleva el característico tutú, el cual es retratado por Degas imitando su transparencia. Así mismo, vemos como este vestido acabado en tutú, esta decorado con varias flores de color salmón. También podemos apreciar una malla de color blanco. Pictóricamente destaca la forma en la que retrata elementos como la transparencia a través de colores blancos y grises.
El telón del fondo, está enmarcado en una escena de bosque. Creando a través de pinceladas de una amplia paleta de colores, una visión propiamente impresionista. Sus pinceladas difuminadas e intercaladas, retratan un bosque intuido pero realmente conseguido. Siendo contrastante la nitidez de la orquesta y sus integrantes, con el ballet y su telón de fondo.
En definitiva, es una obra que retrata perfectamente los sentimientos, momentos y aspectos relacionados con el mundo de la orquesta. Así mismo, la belleza con la que retrata el pintor impresionista las escenas de Ballet.
