Hoy os queremos hablar de la obra El fumador, perteneciente al pintor del Barroco flamenco Joos van Craesbeeck. Se trata de un pintor de poca producción conocida, pero su obra aporta una visión caricaturesca centrada en el estilo Tronie, género basado en la exageración facial y los gestos grotescos. Así mismo, la obra del autor esta basada sobre todo en escenas de taberna, que para los estudiosos se considera como Pintura de Genero. Según Diderot el cual acuñó el término, se trata de pinturas en las que se retratan escenas cotidianas.
Comparte algunos aspectos temáticos de otro pintor del Barroco flamenco, Adriaen Brouwer, pintor de temáticas de las que fue percusor y similares a las de van Craesbeeck. Además del uso del Tronie, anteriormente nombrado, vemos la influencia de Adriaen Brouwer en la temática ya que es la misma y la composición es muy parecida al fumador de Brouwer. De hecho le fue atribuida antes de descubrir que realmente fue Craesbeeck el autor. Pictóricamente esta obra porta una pincelada libre y ligera, la cual el pintor nerlandés evolucionará más tarde en una pincelada más compleja y una composición de personajes más amplia.
Van Craesbeeck retrata una costumbre que surge en Europa en el siglo XVI y que el pintor neerlandés pinta a principios del siglo XVII. Sobre todo nos llama la atención en esta obra como el fumador tiene una visión alocada y desenfadada. Así mismo, juguetea con el humo, jugueteo que es típico en muchos fumadores y que es atrayente para el fumador. En su primera etapa busca una visión que roce el ridículo, Van Craesbeeck exagera algunos aspectos del fumador y lo asocia a otros aspectos de taberna como es la bebida, concretamente abraza una botella de cerveza junto a su pipa. El fumador aparece como un hombre con el pelo despeinado, boca abierta y ojos desencajados, que alguno estudiosos comentan que podría ser el propio artista. La boca abierta tan característica en esta obra, será utilizada en otra de sus obras, concretamente en La tentación de San Antonio.
Podemos ver algunos detalles en este cuadro, retrata objetos de la época como una pipa típica del siglo XVII en Holanda. Estas estaban hechas de cerámica, concretamente de cerámica blanca. Otro aspecto curioso es la marca “AB” que aparece en la botella, la cual sirvió para atribuir erróneamente la autoría a Adriaen Brouwer. Por último como curiosidad sobre el cuadro podemos observar que fue restaurado debido a una rotura del lienzo, con un corte vertical que recorre el cuadro, el cual se puede observar perfectamente.