Os queremos hablar de uno de los cuadros más emblemáticos del pintor holandés Rembrandt. Concretamente hablamos de la obra Los síndicos de los pañeros. Esta obra pertenece al conjunto de obras grupales realizadas por Rembrandt. Así mismo, pertenece a algunos de los retratos gremiales y de algunas cofradías que realizó. En este caso, se representa al la Cofradía de Pañeros, encargada de controlar la calidad de los paños que llegaban a su poder. De todos los integrantes de esta cofradía, se conoce la identidad, aunque para lo que nos atañe, este aspecto no sea el más relevante. Nosotros nos centraremos en aspectos artísticos.
Destaca en esta obra la composición de los protagonistas, los cuales miran hacia el espectador en la mayoría de los casos. En algunos de los personajes, los rostros, las miradas y posturas son más posadas que naturales aunque en su mayoría destaca la naturalidad. También destaca en esta obra como los rostros son totalmente nítidos y detallados. Atisbamos, tanto la edad avanzada de algunos, como las marcadas facciones de otros.
Es una visión de gran realismo del pintor holandés, tanto en sus rostros, como en la forma de captar los personajes. Ya que aparecen de forma espontánea, sus expresiones no son grandilocuentes en a mayoría de los casos, siendo excepción el personaje central, el cual porta la única impostación retratada y comentada anteriormente.
Su pelo porta un gran realismo, ya que se muestran distintos tipos de pelo. Pelos largos y rudos, pelos escasos y pelos voluminosos. Es un detallismo que nos aporta grandes detalles de la época, además estos retratos están concebidos de una manera utilitaria. Pero este utilitarismo nos ha dejado una calidad artística sublime.
Existen varios detalles reseñables. En el caso de sus personajes centrales, aparecen viendo el libro encargado de dejar constancia de la calidad de los paños. Aparecen mirando al pintor y fingiendo que han parado su labor para atender al pintor.
Otro de los detalles, es el acaecido en el personaje situado más a la izquierda del cuadro. Este aparece con una bolsa de monedas para la adquisición de la compra. Otro de los detalles curiosos, es la utilización e incursión en el fondo del cuadro de un faro retratado en la pared, queriendo que este faro les ilumine en el camino de sus decisiones. El paño muestra menos detalle y realismo que los rostros, pero se muestran otras cuestiones como los diseños y floreados portados en el paño en cuestión.
En relación a los colores, destacan como estos intervienen en la escena para presentar a los síndicos en relación a su contexto. Queriendo dejar constancia de su labor e identidad, la vestimenta negra que uniforma a estos, los marcan como estamento reconocible y una vestimenta propia de la cofradía. El color negro y el contexto exterior contrastan. Así mismo, el blanco de sus cuellos contrasta con sus vestimentas negras. Estas portan una textura auspiciada por una pincelada genial y el brillo de los cuellos que se contraponen con los mates de la vestimenta.
El contexto destaca por el realismo de las texturas de la madera, incluso se atisban algunas de las vetas. La pared superior muestra las tonalidades de una pared, la cual revela algunas humedades
Queda claro que esta obra porta un tenebrismo mas leve a otros retratos grupales. Esto es debido a la nitidez de sus detalles en comparación con obras como La ronda de noche. Lo que si se atisba relacionado con el tenebrismo, son los altos contrastes. Aunque en este caso, el negro y el blanco este concentrado en una zona de la obra, Rembrandt tiene la escena iluminada en un alto porcentaje. Solo podemos ver la incidencias de las sombras en la totalidad del lado izquierdo y en la derecha en la parte inferior.
La luz en esta obra destaca en muchos de los lugares. Los rostros portan una iluminación que pareciese emanar de ellos mismos, ya que se pretende que se les reconozcan los rostros. Por otro lado, la luz incide en la parte derecha del paño y en partes del fondo donde también se atisba esta luz. Concretamente aparece desde la ventana situada en la parte superior derecha del cuadro.
En definitiva, se trata de una obra de una calidad altísima, que a pesar de ser un tema popular, Rembrandt les aporta brillo, solemnidad y una pincelada de alta calidad y definición. Os dejamos un último detalle de la firma y fecha de realización.