Góngora, genialidad, sobriedad y fealdad a través de Velázquez

Hoy os hablaremos de uno de los literatos españoles más importantes, se trata de Luis de Góngora y Argote. El artista cordobés es pintado por otro ilustre en el año 1622. Diego Velázquez pintaría a Góngora cinco años antes de la muerte del referente del culteranismo. Góngora era un referente en vida el cual acabó muriendo de una forma triste y no acorde a su grandeza. Este retrato nos transmite esa vejez vigente en su rostro, pero a la vez muestra su carácter sobrio y una mirada en la que se reflejan la claridad de sus pensamientos y el conocimiento de una vida.

Retrato de Luis de Góngora y Argote, Diego Velázquez, 1622.

Velázquez era un pintor que transmitía los sentimientos y personalidades de una manera muy clara. Vemos en su retrato dos cuestiones que rodearon a Góngora a lo largo de su vida. La primera la falta de belleza en sus facciones, ya que era un hombre de facciones aguileñas, de boca un poco cándida e incluso orejas grandes. Quevedo ya le dedicó algunos versos a la nariz aguileña del cordobés. Quizás sería la envidia que la obra gongoresca provocó en el madrileño, o el amor propio desmedido del cordobés entendido como una imagen altiva la cual odiaba Quevedo. Es evidente que tenía unas facciones muy claras y Velázquez nos transmite hasta el mínimo detalle.

Su semblante es caricaturesco, pero lo contraponía con una mirada inteligente, con una lengua audaz, con un verso lleno de sabiduría. Los versos de Góngora nos transmiten valiosos consejos de vida y su retrato nos transmite una imagen de un hombre lleno de sabiduría. Velázquez transmite personalidad y detalles físicos, podemos observar hasta lunares en la piel. La imagen de cada persona tiene unos elementos característicos los cuales el pintor debe reflejar, señas de identidad físicas. Así mismo reflejar la impronta que emitimos, la manera de la que se expresa nuestro cuerpo de forma consciente o inconsciente.

Detalle, Retrato de Luis de Góngora y Argote, Diego Velázquez, 1622.

Esta obra de Velázquez  se convirtió en la representación más reconocible de Luis de Góngora. Solo tenemos que acercarnos un poco hacia algunos detalles del cuadro velazqueño para oír los versos del cordobés en la mirada y el pensamiento del literato. Puedes adentrarte en el sentir del escritor viendo la representación del genio sevillano. Dos ilustres que se hablan a través de las distintas artes. Uno a través de sus versos y la forma de estar en el mundo que tenía el literato del Siglo de Oro y otro a través de la sensibilidad de su pintura, reflejada en la forma de transmitir cuestiones como la personalidad y el aspecto físico.

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