Un paso más allá en el desnudo, de Ribera a Fortuny.

Existe una clara influencia en la representación del desnudo de José de Ribera a Mariano Fortuny. Fortuny siente predilección por el torso envejecido, el torso demacrado que se mantiene en el tiempo y que no decae por la fuerza de la musculatura. Es como si quisiera transmitirnos que a pesar del tiempo y la crudeza de la vida, debemos mantenernos firmes ante ella. José de Ribera es un pintor que retrata el torso como si de un escultor barroco se tratará, además de transmitirnos perfectamente factores como la tensión muscular y postural, refleja la anatomía de forma fiel a la realidad.

El martirio de San Felipe, José de Ribera, 1639

Como decíamos, al ver los desnudos realizados por Ribera nos retrotraemos a esculturas barrocas, concretamente en sus obras centradas en el Martirio de San Andrés o el Martirio de San Felipe. En estas obras ribereñas se refleja perfectamente algunos aspectos de la crucifixión como son, la postura, tensión y otros aspectos como la mirada, la cual transmite como afrontan cada uno la llegada de la muerte, San Felipe ruega un milagro con la mirada y San Andrés se resigna ante la muerte.

Dejando a un lado estos aspectos, nos centraremos en como realizan los torsos desnudos uno y otro. Ribera es claro en su pintura, ya que los torsos y cuerpos retratados reflejan hasta el último detalle. En el Martirio de San Andrés podemos observar detalles como el fruncimiento del ceño, refleja también las arrugas de la vejez y la fortaleza muscular. Podemos decir que esta cuestión será la primera influencia en el desnudo de Ribera a Fortuny. El detallismo de la obra de José de Ribera lo podemos ver reflejado en la contraposición de la musculatura de los brazos con la flacidez del abdomen. Esta contraposición se convierte en la segunda influencia a Fortuny.

El martirio de San Andrés, José de Ribera, 1639

Fortuny lleva más allá los torsos ribereños, el pintor catalán representa los torsos como antítesis a Ribera. El pintor valenciano es todo detalle, pintando a la perfección manos, pies, rostro y mirada. Es un pintor que transmite un realismo asombroso en temas como la representación de detalles anatómicos o la forma de pintar las emociones. Ribera es el detallismo en la nitidez, Fortuny es todo lo contrario en la representación del torso, es el detallismo a través de una visión difuminada.

Viejo desnudo al Sol, Mariano Fortuny, 1862

En su obra Viejo desnudo al Sol vemos como nos transmite toda esta influencia aprendida de Ribera pero con una pincelada que poco tiene que ver. Fortuny es un pintor que con pinceladas poco cuidadosas crea una atmósfera casi psicodélica. Parece que vemos a este anciano de una forma difusa, como si tuviéramos una visión doble. Es una obra que cuanto más alejado estés mas nítida nos parece. Fortuny consigue el detallismo en la anatomía desde una visión alejada e impresionista, mientra Ribera te transmite el detallismo desde la cercanía como hacían los pintores flamencos. Centrándonos en la obra de Fortuny Viejo desnudo al Sol, vemos un hombre mayor que el hambre, la pobreza y la nobleza de su forma de estar se anteponen ante la paz que aporta el sol, paz que saborea ante la crudeza de su estado y de su vulnerabilidad.  A pesar de la crudeza de su situación siente ese halo de esperanza cuando sale el Sol.

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