Jugadores de cartas, Paul Cézanne.

Hoy queremos hablarles de una de las obras más conocidas de Paul Cézanne. Se trata de la serie de los Jugadores de cartas. Esta serie será realizada por el pintor francés entre el 1890 y 1896. De las cinco obras de la serie, concretamente nos centraremos en una de ellas, la cual está actualmente albergada en el Museo de Orsay en París. Es la más famosa de las cinco y esta se realizaría entre los años 1894 y 1895.

Jugadores de cartas, Paul Cézanne, 1894-1895.

Antes de centrarnos en esta obra, conozcamos un poco al pintor. Cézanne nace en el sur de Francia el 19 de enero de 1839, se educa en una sociedad burguesa y se ve obligado por su padre Logis-Auguste Cézanne a estudiar derecho, decisión que reprime su vocación artística. Entre sus apuntes de derecho realizaba bocetos y algunos esbozos. En este momento Cézanne se da cuenta de que lo que más desea es la pintura y realiza estudios paralelos a los estudios de derecho en la Universidad de Aix. Louis-Auguste más tarde acepta lo que no aceptaba en su infancia y se siente orgulloso de su hijo. Por lo tanto, fue un pintor que luchó por su vocación a pesar de la negativa de su entorno, consiguiendo un gran reconocimiento.

El padre del artista, Paul Cézanne, 1866.

Ya que conocemos algunos detalles de su vida, nos centraremos en su última etapa pictórica, en la que Cézanne realiza los Jugadores de cartas. Principalmente su interés se centra en la casi reducción de la naturaleza muerta. Todo esto nos recuerda a las máscaras, que no se comunican con el espectador y donde hay rasgos escasamente expresivos y una postura rígida. Esta obra pertenece a su etapa más tardía y la más prolífica en cuanto a éxito. Los jugadores de cartas serán el más claro ejemplo de la madurez de Cézanne, ya que anteriormente los artistas pintaban esta misma escena en un contexto de diversión, con un carácter social o incluso como un simple pasatiempo.

Estos jugadores están completamente inmersos en la propia partida y no se manifiesta ningún tipo de sentimiento. Lo que hace Cézanne, será transformar un simple juego de cartas, con un momento de cierto intelectualismo. Este intelectualismo viene principalmente por el geometrismo utilizado en la obra, no es una simple representación realista, sino casi un estudio de las formas. Precisamente el pintor de la Provenza decía “Todo en la naturaleza está modelado según la esfera, el cilindro y el cono”. Queda patente su pensamiento sobre la geometría y queda claro que utiliza lo que observa en la realidad y lo transporta a lo geométrico.

Ejemplo de geometrismo, Jugadores de cartas, Paul Cézanne, 1894-1895.

Ya conociendo de que trata la serie de obras y un poco sobre el pintor, nos centraremos en hablar de aspectos pictóricos. En esta quinta versión podemos ver como la botella divide el cuadro y la jugada. En la botella se encuentra el centro del lienzo, siendo el reflejo de luz el punto puramente central. Queda claro su geometrismo en elementos como el sombrero del jugador de nuestra izquierda e incluso en como la mesa está basada en la unión de tres rectángulos.

Punto central, Jugadores de cartas, Paul Cézanne, 1894-1895.

La pincelada de Cézanne tiene una visión estática por el empastar de las formas geométricas con las que se compone el cuadro. Es normal que muchos de los primeros cubistas vieran a Cezanne como un visionario y un maestro para ellos. Esta obra es un claro ejemplo de un pintor con personalidad, toda la obra de Cezanne es ejemplo para sus coetáneos y sus posteriores. El color y la pincelada también será una cuestión envidiada en Cézanne. Tiene una textura magistral. Todos los objetos portan varias tonalidades las cuales aportan y nos acercan a la pana o el lino y sus texturas o al color de las maderas. Esta coloración múltiple es un ejemplo para los vanguardistas, concretamente Matisse o Picasso hablan maravillas tanto de su pincelada como de su paleta de colores.

Detalle de textura y pincelada, Jugadores de cartas, Paul Cézanne, 1894-1895.

Esta obra va aun más allá en la visión del campesino, no es un simple campesino con visión romántica, sino un campesino lleno de modernidad y cercano a la contemporaneidad y la vanguardia. Es una obra visionaria y la primera piedra del cubismo.

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