Si queremos encontrar las raíces más profundas del Movimiento para una nueva museología es hora de volver a los años de la post-guerra, cuando la gente estaba horrorizada por la destrucción sin precedentes, buscando borrar su pasado, incluso el más cercano y se preguntó por el futuro. Los años cincuenta y sesenta vieron el nacimiento y el desarrollo de los movimientos de defensa de la libertad, y para ello hubo un logro democrático buscando las aspiraciones colectivas. Hasta entonces había que dividirse en los valores tradicionales habiendo supremacía de unos y la negligencia de los demás, el mundo vio el nacimiento de un nuevo poder, en su mayoría bajo el paraguas de las principales organizaciones internacionales dedicadas a la unión de los pueblos.
En España existía una situación caótica con respecto a la museografía,. Ya que estaba muy ligada al coleccionismo a la simple labor de acumular, por esto hubo una profunda reforma de los museos españoles.
El campo cultural no podía permanecer indiferente ante este tipo de cambios, cuya magnitud afectaba a toda la humanidad. Entre esos cambios encontramos varios factores, tales como la revolución tecnológica de los años cincuenta, la búsqueda de una identidad nacional, proceso de adaptación acelerada de una parte significativa de la población, una situación de nuevas tecnologías de la comunicación y el fomento de la aparición de nuevas redes y movimientos culturales, los cuales se extienden más allá de nuestras fronteras. El Movimiento museográfico moderno tiene sus primeras manifestaciones públicas en los primeros años setenta, aunque ya a partir de los sesenta se empezó a promover la museografía. De hecho, al mismo tiempo se desarrollan los primeros museos al aire libre, el ICOM organizará la” Mesa Redonda de Santiago Chile” en 1972
Autor: Jesús Aguayo Linares, graduado en Historia del Arte por la Universidad de Córdoba
